Reflexión rota

En “Reyita, sencillamente: Testimonio de una negra cubana nonagenaria” de Daysi Rubiera Castillo, Isabel, la madre de Reyita, internaliza el racismo que ha sido dirigido hacia ella y lo proyecta hacia Reyita por su color de piel. Como Reyita es producto de una relación entre dos negros, es vista por su madre como inferior a sus otros hijos que tienen padres blanco. Cuando Reyita esperaba ir a un cumpleaños con sus hermanas, “aunque [ella] estaba de lo más bonita, [su mamá] no [la] dejó ir porque era la única negrita; [sus] otras hermanas sí fueron” (Rubiera Castillo 27). Esto podría ser interpretado como protección de la burla de otros o vergüenza hacia su propia hija pero de cualquier manera, Isabel usa sus propias experiencias contra su hija en vez de ofrecerle la oportunidad de desarrollar confianza con si misma. Las experiencias antecedentes de Isabel crean una barrera entre ella y su hija que arruina la posibilidad de una relación amorosa y positiva. Isabel es incapaz de ver más allá del color de piel de su propia hija por las injusticias que ella misma vivió. Sería posible deducir que Isabel ve a su hija como otros la veían a ella misma y por la internalización de el odio que ella fue sometida, saca todo su coraje y lo reformula como discriminación contra su hija. Reyita se da cuenta de esto y acepta que “ya nada…haría [a Isabel] cambiar” y  “era el resultado de la discriminación racial” (Rubiera Castillo 35). En vez de tenerle coraje y rencor, Reyita llega a reconocer que el comportamiento de su madre es resultado del sufrimiento que pasó por razón de ser negra.  


Rubiera Castillo, Daysi. Reyita, sencillamente: Testimonio de una negra cubana nonagenaria. La Habana, Cuba: Ediciones Verde Olivo, 2000. Print.

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